Como el nombre indica, vivir el estilo de vida Zero Waste (o Cero Residuos), significa crear cero residuos, es decir, nada de basura que termine en el vertedero. Pensamos que no creamos demasiada basura pero los números no engañan. Cada persona en este mundo crea una media de 2 kg de basura al día. Multipliquemos eso por 7 billones de personas que vivimos en el mundo.
En realidad tenemos algunas cosas tan interiorizadas que no nos damos cuenta: comidas o verduras envueltas, envases de comidas para llevar, productos de limpieza, productos de higiene, champús, geles, cubiertos deshechables, vasos de plástico, servilletas de papel, envoltorios, bolsas de basura, pastas de dientes, etiquetas, ropa, maquillaje, tarjetas, recibos, bolígrafos, sobres y cajas de paquetes, redecillas de la fruta, latas, anillas para latas de refrescos, botellas de plástico… está en todas partes. A veces parece que la basura desaparece, porque se la llevan silenciosamente por la noche, pero no, no desaparece, ni mucho menos.

Imagen: CNN
Por mucho que reciclemos, es un hecho que tenemos un problema con la basura, y que es insostenible seguir creando residuos a esta escala. Por eso, el movimiento Zero Waste nos anima a reducir la basura que enviamos al vertedero así como la que recliclamos (más información abajo), para así poder crear un estilo de vida más ecológico y sostenible.
¿Y cómo se puede conseguir esto? El movimiento Zero Waste se basa en los siguientes principios:
[icon type=»checkmark»]REFUSE – Rechazar lo que no necesitamos
[icon type=»checkmark»]REDUCE – Reducir lo que necesitamos
[icon type=»checkmark»]REUSE – Reutilizar todo lo que tenemos y adquirimos
[icon type=»checkmark»]RECYCLE – Reciclar lo que no podemos rechazar, reducir o reutilizar
[icon type=»checkmark»]ROT – Compostar el resto
Basándonos en estos principios lo que enviaríamos al vertedero (es decir, la basura de toda la vida) sería mínimo. Diferentes personas están en un diferente punto de este viaje al residuo cero, pero la creadora y otras propulsoras de este movimiento (casi todas mujeres, por cierto) han conseguido reducir su basura anual a un pequeño bote de cristal (el que veis como cabecera de la entrada). Asi que si ellas lo han hecho, pensé, debe ser posible. Bea de Zero Waste Home ha sido toda una inspiración en esto.
Hace ya unas semanas comencé a hacer algunos cambios en mis hábitos y a sustituir algunas cosas de forma que conseguí reducir mi residuo casi inmediatamente.

Imagen: Get Into My LIfe
- Una taza de café de cristal reutilizable y reciclable. Hace poco descubrí que los vasos de café que nos dan para llevar (tipo Starbucks, Costa) NO SE RECICLAN. Por mucho que las echemos a la papelera de reciclaje en la calle, repito, NO SE RECICLAN. Lo mejor de todo es que las cafeterías pueden poner que sus vasos son reciclables, ya que lo son, pero esto solo puede hacerse en plantas de reciclaje específicas; existen dos, repito, dos, en todo el Reino Unido, y una de ellas nunca ha sido utilizada. Asi que a no ser que vivas en una de esas plantas, tus vasos de café, los pongas donde los pongas, van directamente al vertedero. En el Reino Unido se mandan al vertedero más de 2 BILLONES y medio de vasos de este tipo cada año. Esta fue la noticia que me dejó en shock, sobre todo porque yo tomo café fuera de casa muy a menudo, y me hizo querer cambiar totalmente mis hábitos.
- Una botella de acero inoxidable para llevar el el bolso con agua y rellenar. Con esto evitamos comprar más y más botellas de plástico. A menudo la gente piensa que reciclándolas está salvando el mundo, y nada más lejos de la realidad. Los recursos y los materiales utilizados para crear las botellas son extremadamente contaminantes. Cada botella de 1L de agua requiere 100 ml de petróleo crudo, por no hablar del resto de problemas (fracking, carbón, transporte). De hecho, reciclando las botellas de plástico solo evitamos UN MÍSERO 10% de la contaminación que las botellas de plástico crean. Aquí podéis leer 21 razones para dejar las botellas de plástico. Tenemos que recordar que por cada botella que compremos, crearán otra.
- Bolsas reutilizables (a poder ser de algodón). Las bolsas de plástico que nos dan en el supermercado o en el mercado tardan MÁS DE 1.000 AÑOS en descomponerse. Teniendo en cuenta que son bolsas que normalmente utilizamos durante unas pocas horas como máximo, podemos ver claramente que es algo insostenible. De hecho, en el mejor de los casos, estas bolsas se utilizan como bolsas de basura (con lo cual, acaban en el vertedero igualmente). Y lo peor es que la mayoría de la gente piensa que no utiliza muchas, pero solo hay que ser consciente para darse cuenta de que no es así. Las bolsas de plástico son uno de los peores contaminantes actuales. Y no solo esto, además las bolsas de plástico son responsables de la muerte de más de UN MILLÓN de pájaros de mar al año, y más de 100.000 delfines, tiburones, tortugas y ballenas. No cuesta nada llevarse un par de bolsas de tela para meter la compra, una mochila o un bonito capazo. Todo menos bolsas de plástico.
Estos tres hábitos son extremadamente fáciles de adquirir, solo es cuestión de ser conscientes y estar preparados. Además, perdonad que os diga, pero mi taza de Keep Cup (tengo ESTA, aunque hay miles), mi botella de Klean Kanteen (tengo ESTA de medio litro pero hay muchas más) y mis bolsas de algodón (que las regalan en cualquier parte o se pueden adquirir personalizadas en Etsy) son mil veces más bonitas. Y no os preocupéis, los establecimientos tipo Starbucks o Costa están acostumbrados a que la gente lleve su propio vaso/taza de café. Y si en vuestra cafetería habitual no lo están, para eso estáis vosotras, para explicarles las cosas y que se unan a la causa 🙂

Imagen: What Waste
Otros hábitos que ayudan a reducir la basura que creamos pueden ser, leer en formato digital, comprar de segunda mano (yo soy muy asidua a esto), regalar los libros en papel que ya hemos leido, no aceptar la morralla gratuita de marketing (bolígrafos, panfletos y demás), comprar a granel en tus propios recipientes (más sobre esto en otra entrada), comprar productos de materiales biodegradables como el bambú (por ejemplo yo utilizo un cepillo de dientes de bambú como ESTE), la madera y el aLgodón, o de materiales fácilmente reciclables como el vidrio (aunque yo me quedo todos los botes para meter semillas, granos, mayonesa casera, etc) o el acero inoxidable, y en general comprar más productos reutilizables que deshechables (por ejemplo, la copa menstrual, o utilizar una toalla de algodón de toda la vida en lugar de toallitas desmaquillantes o algodones).
También podemos hacer nuestros propios productos de limpieza y cuidado personal en casa, o simplemente comprarlos sin envoltorio o envueltos en papel (el menor de los daños, si lo comparamos al plástico). Por ejemplo, en Lush podemos comprar infinidad de jabones sin envoltorio (yo utilizo Snowcastle para las manos en el baño), o el jabón de aceite de oliva (yo utilizo uno como ESTE) es genial para lavar el rostro (yo es lo que utilizo ahora mismo), o FUNKY SOAP tiene una infinidad de pastillas de champú increíbles (y se puede reutilizar el paquete en el que envían). En otra entrada os hablaré de mi rutina de No Poo actual, en la que os contaré más cosas sobre productos de belleza Zero Waste.
Yo también me he animado a «crear» mis propios productos. Por ejemplo, después de muchísimos años siendo fiel al champú en seco Batiste, miré los ingredientes y me di cuenta de que estos se limitaban básicamente a almidón de arroz, alcohol desnaturalizado y perfume. Investigué un poco y desde entonces utilizo arrurruz (que también utilizo en esta receta); simplemente cojo un pellizco con los dedos, aplico una pizca en las raices y masajeo bien el cuero cabelludo. Después lo peino un poco con un cepillo y voilá, el efecto es el mismo, pero sin alcohol ni tóxicos irritantes.
También utilizo el aceite de coco como hidratante, aunque también me hago mi propia manteca de cuerpo (receta AQUÍ), aunque aún tengo que encontrar los ingredientes un envase más ecológico que el plástico… Ya os digo que esto de intentar crear cero residuos hoy en día es muy difícil, y lleva tiempo encontrar alternativas para todo. Cuando me mude Barcelona en dos semanas tengo la esperanza de descubrir algún sitio donde vendan productos de este tipo (manteca de karité, aceites, etc) a granel o al menos en envases de cristal. Todo es INTENTAR buscar alternativas.
La cuestión es, que creemos que reciclando estamos salvando el mundo, y no es así. Debemos utilizar el reciclaje como último recurso, no como norma. Es cierto que la conveniencia está genial, pero tenemos que pensar que si queremos que nuestros hijos, sobrinos o nietos tengan un mundo en el que vivir, o que tengan un mundo en el que no estén rodeados de basura como Wall-E, debemos actuar AHORA. Nadie es perfecto y mucho menos yo, en ningún momento quiero dar a entender que creo que yo misma hago más que nadie y que estoy salvando el mundo (ojalá). Pero sí es cierto que poco a poco me voy haciendo más consciente de las atrocidades medioambientales que están ocurriendo en el mundo e intento hacer todo lo que puedo para evitar participar en ellas, y me gusta concienciar a la gente de ello, porque en realidad la mayoría (tal y como les interesa a muchas personas y empresas) no son conscientes de la gravedad del asunto 🙁
Siempre os repito que una sola persona puede marcar una diferencia enorme en el mundo, y sigo repitiendo que es totalmente cierto. Si esperamos a que los demás lo hagan, o a que las grandes multinacionales y los gobiernos nos digan que tenemos que actuar, podemos esperar sentados, observando como este mundo tan bonito se va al garete. Nunca subestimes el poder que tu dinero tiene, ya que con cada cosa que compras (fruta en redecillas, vegetales envueltos en plástico, botellas de agua o zumo de plástico, alimentos en bandejas de plástico cubiertas con más plástico, bolsas, alimentos de otros países cuando los hay locales o nacionales, etc) estás diciendo, «apruebo tus prácticas y quiero más de esto, fabrica más, apoyo tu negocio». Es mejor comprar menos y de calidad que comprar mil tonterías baratas a China (en la vida he utilizado Aliexpress o similares, ni lo haré).
Sé que todas las personas que están leyendo este artículo quieren un mundo mejor, limpio, sano y habitable tanto para ellos como para sus hijos, sobrinos, nietos o simplemente para las generaciones que vienen. Yo misma he pecado de consumista, al menos en el tema del maquillaje, y es que es casi imposible escapar a la gran industria del marketing que nos taladra día sí y día también para convencernos que necesitamos esta crema para parecer más jóvenes, o esta nueva máscara para mejorar nuestra mirada, o este nuevo champú para tener un pelo de anuncio. Repito, YO HE SIDO LA PRIMERA que ha pecado de consumista. Sin embargo, con el tiempo he ido cambiando mis prioridades y dándome cuenta de que se es más feliz con pocas cosas de calidad que AMAS, que con un montón de cosas random.

Aún podemos evitar que el mundo acabe como la película de Wall-E
En otra entrada os hablaré de los beneficios que he obtenido hasta ahora y os daré las recetas de mi pasta de dientes, mi aceite facial, bálsamo reparador y demás, que sé que seguro que os interesa 🙂
Para terminar, solo quería recordaros que todos tenemos un poder inmenso, y que no debemos conformarnos y resignarnos a que «el mundo funciona así». Una de mis frases favoritas de la historia, que nunca está de más recordar, dice:
«Never doubt that a small group of thoughtful, committed citizens can change the world; indeed, it’s the only thing that ever has.» / «Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos y concienciados puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que siempre ha conseguido hacerlo.»
– Margaret Mead
Un abrazo enorme
xx
Me encanto tu entrada! Y bienvenida a Barcelona, por suerte aquí hay varios lugares donde puedes comprar a granel, también es muy fácil reciclar, si le dedicas algo de conciencia, claro y por supuesto la idea de llevarte la taza de café la pondré en práctica! Espero ansiosa tus recetas para crear mis propias cositas de belleza! Poco a poco tomo más conciencia y voy cambiando hábitos para ayudar al planeta y me hace sentir realmente bien! Así que comparto tu frase, así seamos un pequeño grupo… podemos cambiar el mundo! Besos!
Muchas gracias por la entrada. La verdad es que cada vez me interesa mas este tema y nunca viene mal la inspiracion! Me voy a animar con los cepillos de bambu, las cerdas tienen la misma calidad que en los cepillos de plastico?
Lo de los vasos del cafe me ha dejado muerta, yo no soy de tomar mucho cafe, pero esta bien tenerlo en cuenta para llevarme el termo por ahi por si acaso. Y yo ya nunca compro bolsas de plastico, ni al pesar la fruta ni nada, siempre llevo mis bolsas apra comprar y me gusta que mi familia lo empiece a hacer tambien 🙂
Estoy de acuerdo con esta filosofia, hay que concienciarse con el medio ambiente, pero necesitamos que las empresas colaboren en ello.
El sabado fui a Tesco a comprar dos croissants, y tenian los mismos empaquetados en caja de plastico y a granel. A granel costaban 1.60 y empaquetados 1.05 … no cuadra.
Uf, si esperamos a que ellos Hagan algo, podemos morir esperando ? Nosotros somos los que tenemos que quejarnos y comprar solo aquello que vaya con nuestra filosofía sino ellos no moverán un dedo, por desgracia así es como funciona 🙁
alguna recomendación de supermercados para comprar productos a granel en Londres??
Hola Elena! De frutas y verduras en cualquier mercado local tipo farmers market. Cereales, avena, etc, en Wholefoods de Kensington o Food For All de Hackney 🙂 xx
¡Hola Ally!
Mucha gracias por la entrada, es muy interesante y ya estoy empezando con los cambios 🙂
Estoy buscando bolsas de algodón para las frutas, verduras, legumbres… pero las que veo en Amazon son muy pequeñas, sobre todo para verduras.
¿Dónde las compras?
Muchas gracias por tu blog, es un gustazo leerte y aprender cosas nuevas 🙂
Valeee…. ¡Encontradas!
Buscando por «bolsa de algodón» me salen más cosas, que estaba buscando por «bolsa muselina» y me salían las pequeñitas de té.
¡Gracias!
Gracias por publicar estos post, son realmente de ayuda 🙂