Por fin ha llegado mi estación favorita. Aunque este verano ha sido bastante generoso con nosotros en Londres y por una vez me he puesto morena (perfecto para la boda, todo sea dicho), estaba deseando que llegara el otoño para sacar las chaquetas más gorditas y las mantas.
Ayer leí esta entrada de Obeblog y me recordó lo difícil que es para algunas personas transicionar a una nueva estación. Que conste que me incluyo en este grupo de personas. A estas alturas conozco tan bien a mi cuerpo que soy capaz de detectar cualquier cosa diferente y saber por qué me está pasando. Lo mejor de ser terapeuta nutricional es que ya sabes cómo tratar ciertas cosas y con qué suplementos o alimentos, por lo que en cuanto me noto un poco «off», me pongo manos a la obra.
El otoño es mi estación favorita del año: el fresco, las hojas, llegar a casa y notar el contraste de calor, la comida típica (calabaza, boniatos, etc), las tardes de café y manta leyendo mientras hace frío fuera, la ropa calentita (sin necesidad de parecer el muñeco de Michelin con mil capas como en invierno)… Me parece una estación muy «cozy» y la disfruto muchísimo. Sin embargo cada año sin falta, cuando transicionamos del verano al invierno siempre me siento con menos energía, me cuesta más levantarme, tengo más hambre y noto que tengo menos ganas de moverme. Por si fuera poco, se me cae bastante el pelo y la piel se me reseca. Visto así, es casi traumático, pero por suerte todo se puede solucionar con una alimentación, unos hábitos y unos suplementos adecuados. Os cuento cuales son los míos.
Alimentos
Los plátanos, las semillas de sésamo, de calabaza o girasol, el trigo sarraceno, la espirulina y los garbanzos contienen buenas cantidades de triptófano, un aminoácido que ayuda a sintetizar la serotonina. La serotonina afecta directamente a nuestro estado de ánimo, apetito, nuestra digestion, el sueño, y la memoria. Por eso es importante incluir estos alimentos en nuestra dieta. Eso sí, debemos tomarlos de forma regular, ya que tomarnos un plátano a la semana no tendrá gran efecto.
Por otra parte, en lo que respecta a la energía, podemos recurrir a alimentos como los frutos secos (sobre todo las nueces de Brasil), la quinoa, el arroz integral, los boniatos, las setas (ambos en esta receta y esta otra) y la espinaca, que proporcionan nutrientes que ayudan a transportar oxígeno a la sangre, lo cual es vital para deshacerse de la letargia general.
También es buena idea tomarse un vaso de agua templada con limón y vinagre de manzana en ayunas para ayudar a nuestro metabolismo a activarse. Este simple hábito nos ayudará a empezar el día con las pilas cargada, así como a alcalinizar el cuerpo. Algo tan rápido y sencillo como esto nos puede dar un chute de energía considerable.
Suplementos
En los meses en los que tenemos menos horas de sol (o ninguna, como en Londres…) es importante suplementarse con una vitamina D de calidad y que el cuerpo absorba fácilmente. Yo utilizo esta de Nu U Nutrition desde hace años y me va genial.
Por otra parte tenemos las setas. La seta Chaga (por ejemplo este suplemento) es mi preferida (la suelo recetar en algunos casos a mis clientes) ya que es muy potente: contiene mucha vitamina B, flavonoides, minerales y enzimas. Es una de las fuentes más grandes de ácido pantoténico que existen. No quiero ponerme científica, asi que resumiendo diré que el ácido pantoténico es esencial para el funcionamiento de muchos procesos en nuestro cuerpo, por lo que nos ayudará a mantener toda la maquinaria a punto y funcionando a tope. Es especialmente beneficioso para las glándulas renales y el sistema digestivo, y mientras tengamos contentos a estos dos, el resto del cuerpo estará a tono.
Por último, suplementos típicos como el Ginseng y el Ginko Biloba (mi favorito) también ayudan mucho con la energía, el estado de ánimo e incluso la circulación sanguínea. Yo personalmente también utilizo algún que otro remedio ayurvédico y en ocasiones lo receto a clientes, pero al ser algo más «serio» no me gusta recomendarlo como si fuera una solución para todo el mundo, pero quería mencionarlo para que supierais que existen y funcionan, si son recetados adecuadamente.
Hábitos
Ya sé que el frío llama más a la manta que a las zapatillas de deporte, pero es importante seguir moviéndose a diario durante las estaciones más frías. De hecho a mí es cuando más me gusta salir a correr, odio hacerlo en verano cuando ya estoy sudando después de cuatro pasos. Podéis ir a dar un paseo rápido en cuanto os levantéis, incluso unos míseros 10 minutos van a haceros empezar el día a tope. Hacer yoga o estirarse también ayuda al cuerpo a despertarse, y a activar el sistema linfático; no hace falta que paséis hora y media haciendo piruetas (aunque sería genial), con 10-15 minutos ya notaréis los beneficios.
Beber suficiente agua también es importante; suelo recomendar unos 2 litros de agua al día, aunque esta cantidad puede variar según vuestro peso y altura. También es importante evitar comidas rápidas o fritas ya que el cuerpo necesita utilizar mucha energía para procesarlas, y obviamente si nuestro cuerpo está concentrando toda nuestra energía en digerir ese dichoso Big Mac, no nos dejará nada para hacer el resto de cosas que queremos y además nos dejará totalmente agotados.
En cuestión de belleza, es importante utilizar los productos adecuados e hidratar la piel a menudo. Muchos de los productos que tengo me los ha hecho Ana Ordis a medida y personalizados, pero aquí podéis ver algunos otros que utilizo casi durante todo el año.
Con estos pasos y consejos sencillos es más fácil tener la energía que necesitamos para disfrutar a todas horas de esta estación tan bella que solo tenemos una vez al año. Para mí, complementar las horas activas con otras de sofá, manta y Pumpkin Spice Lattes, es la forma perfecta de disfrutar a tope del otoño.
Tienes algún consejo para todas las guerreras del bienestar de esta comunidad? Déjanoslo en los comentarios bonica!
Uyuyuyuy te acabo de descubrir!! Muy interesante el artículo y el blogspot. Gracias por compartir conocimientos y un beso
Gracias bonica!