Muchas veces yo misma me pregunto de dónde saco las narices que tengo para hacer la mitad de las cosas que hago.
Y la respuesta es bien sencilla: No me pienso las cosas demasiado.
¿Alguna vez os habéis preguntado por qué parece que hay gente que tiene suerte, y otra que no? Es cierto que ganar la lotería depende de la suerte, pero también es cierto que si no juegas, no tienes ninguna posibilidad. Y cuantos más boletos compres, más oportunidades tienes. Dentro de la suerte, existe el poder de nuestras propias manos para elegir nuestro destino.
Ahora mismo estoy en una época en mi vida en la que realmente, ni me pienso las cosas demasiado, ni les doy demasiadas vueltas. También hago todo lo que puedo por conseguir lo que quiero: lo visualizo, trazo un plan y me rompo el coco y los codos trabajando en ello. El Sueco a veces me dice que soy un poco obsesiva con mis objetivos, pero es que realmente no concibo otra forma de vivir. Si no nos movilizamos y nos obsesionamos con nuestros objetivos, ¿con qué si no? Mejor obsesionarse con algo que puede proporcionarnos la vida maravillosa que queremos tener, que con cualquier otra tontería, como una discusión con un familiar, una relación, un colega que nos cae mal, algo que nos ha salido mal, etc. Esas obsesiones sí que son inútiles.
Lo cierto es que cuando cumplí 31, parece que algo hizo click en mi cabeza y me abrió los ojos por completo. Y desde entonces trato de vivir una vida mucho más sencilla (en todos los sentidos) y con unos pocos mantras como guía cada vez que tengo que tomar una decisión:
- Si estás dudando, será que no es realmente lo que quieres
- Si tu intuición te dice que lo hagas, hazlo
- No te lo pienses demasiado. La vida es corta, un simple juego en el que realmente nada importa demasiado, solo ser feliz
- Siempre actua desde el amor, nunca desde el miedo
Estas cuatro frases me han ayudado a la hora de tomar algunas de las decisiones más importantes de mi vida, y os aseguro que en 2016 han sido MUCHAS.
La cuestión es: Si somos realmente conscientes de la brevedad de la vida, ¿por qué nos paramos a pensar tanto cada minúscula cosa o decisión que debemos tomar? Realmente, ¿qué es lo peor que podría pasar? En serio, ¿qué es lo realisticamente PEOR que podría pasar? Probablemente nada irremediable.
Tengo la suerte de tener a gente a mi lado que no solo me apoya en cada decisión que tomo, por mucho que el resto del mundo lo vea como a una locura. Dicen que somos la media de las cinco personas con las que más nos relacionamos y la verdad es que en este caso tengo que decir que a pesar de que me considero una persona bastante valiente, su influencia ha multiplicado por mil mis ganas de hacer las cosas que siempre he querido hacer y que ahora estoy haciendo.
En realidad, el miedo solo está en nuestra cabeza. Hablaré más de esto en mi primer podcast, que publicaré pronto, pero solo quería dejaros una reflexión para este fin de semana:
Si este fuera el último día de vuestra vida, no tuvierais miedo EN ABSOLUTO y si nadie fuera a juzgaros, ¿qué hariais?
La respuesta a esta pregunta es lo que DEBEMOS hacer. No hay más.
Yo me he tirado del barco, con los ojos y las manos atadas, y nunca me he sentido tan libre. Por eso, estas palabras son para ti, tú que me lees, y sabes perfectamente de qué estoy hablando. Creo en ti, tienes todo lo que necesitas, solo te sobra lo que te pesa. Sabes lo que debes hacer. Te aseguro que al otro lado lo único que te espera es la vida que siempre has querido vivir, nada más, y nada menos.
Gracias por acompañarme en este camino.
Amor, y más amor, bonicas.
xx
Ally
Lourdes
Eres una valiente. Te admiro Ally
Ally
LourdesGracias bonica <3
Berta
Si te pasas por Barcelona y decides hacer una charla sobre tu filosofía de vida estaría encantada de escucharte! Un beso?
Ally
BertaPues lo apuntaré como idea! No estaría mal hacer algún taller. Quizás lo organice en los siguientes meses 😉 Un besazo guapa y gracias por comentar! xx
Ana (anabll100)
Cuánta razón!!! Yo aún no he saltado del barco pero creo que estoy ya en el trampolín a puntito de caramelo jajaja Coincido contigo en que lo difícil no es dar el paso y hacer eso que quieres o sientes sino el cambio de mentalidad, dejar de decirnos que no es el primer paso. Para alguien como yo, que podía darle 3000 vueltas a las cosas, llegar a dónde estoy es un gran paso. Falta acabar de pulirlo 😉
Gracias por tus palabras, siempre son de gran ayuda.
Un besito!!
Alicia J.
Me ha encantado. Lo leí tarde porque este fin de semana estaba pendiente de mi invitada: mi gran amiga de la universidad a la que no veía hace seis años, y cuando nos reunimos es como si nos hubiesemos visto ayer. (Me voy por las ramas ya).
Estoy pensando sobre los mantras que planteas. El primero dice que si dudas es que no… ¿Y si lo que nos hace dudar es el miedo?
Otro apunte. Me tiraría de cabeza y sin salvavidas para luchar por mi pasión, pero no acabo de conectar con mi yo interior. Medito, leo… Resulta frustrante porque no encuentro nada que resuene con fuerza.
Muchas gracias por escuchar, Ally. Un beso xx
Wichitabam
esta entrada me ha hecho pensar..en cuan fieles somos a nosotros mismos.Desde niña siempre me ha influido lo que pensaran los demás de mí, hoy tengo 28 a.y reconozco que aún me cuesta y tengo que trabajar en ello, aunque más bien parezca un rasgo de inmadurez, pero reconocerlo es más importante.En ello nos va la libertad al final, y por supuesto que en verdad es nuestro derecho.Me agrada leer este tipo de artículos, es el empujón que necesitamos todas para aplicarlo a cualquier cosa.Un besito
Bea
Me ha encantado post Ally! Y cuanta razon.
Por cierto, deseando escuchar los podcasts.
Mucho amor de vuelta.
B xx