
Esto de las tortitas comienza a ser una auténtica saga.
Pero a quién vamos a engañar, nadie se queja, ¿verdad?
En esta ocasión hemos realizado unas tortitas muy especiales, porque las hemos cocinado con un endulzante que acabamos de descubrir y que nos tiene locas. Se trata de la Fruta de Buda o «Monk Fruit» en inglés. Este endulzante nos lo descubrieron los chicos de The Living Food, la tienda de Barcelona en la que suelo comprar todas mis superfoods y pociones mágicas.
La fruta de Buda, que es originaria de China meridional y norte de Tailandia, es una especie de calabaza verde del tamaño de una manzana, con un jugo muy dulce (casi 300 veces más dulce que el azúcar de caña). Además la ventaja que tiene es que no deja un regusto mentolado como ocurre con la estevia.
Entre sus posibles propiedades, se encuentran su capacidad de prevenir los resfriados, mejorar el funcionamiento del hígado, rebajar el colesterol, y además no incrementa la glucosa en sangre, no causa caries ni tiene efectos adversos, y tiene un índice glicémico muy bajo.
Cuando realizamos esta receta, hicimos muchísimas pruebas, y después de muchos tastings conseguimos la textura y el sabor perfectos. Cabe comentar que son unas tortitas sin gluten, por lo que no podemos esperar que se inflen o sean tan esponjosas como las tortitas de espelta, por ejemplo. Sin embargo siguen siendo esponjosas, jugosas y muy sabrosas, y como ya hemos comentado más de una vez, el trigo sarraceno es una proteína completa.
Además en esta ocasión, las rellenamos de chocolate para darles un toque extra especial, y recomendamos no omitirlo porque combina tan a la perfección con la Fruta de Buda y el sabor del trigo sarraceno que sería un pecado hacerlo.
Unas tortitas fáciles, llenas de proteínas, vitaminas y minerales y muy ligeras.


- 150 gr de harina de trigo sarraceno
- 250 ml de leche de avena o de soja
- 1,5 cdtas de vinagre de manzana
- 1,5 cdtas de bicarbonato
- 1,5 cdtas de levadura en polvo
- 1 cda de linaza molida
- 3 cdas de agua
- 2 cdtas de extracto de vainilla
- 2 cdtas de polvo de Fruta de Buda (Monk Fruit)
- 1 pizca de sal marina
- Botones, láminas o chips de chocolate negro sin leche
- Semillas de trigo sarraceno crudas
- Un plátano canario en rodajas
- Aceite de coco para cocinar
- En un vaso, ponemos la leche de avena con el vinagre de manzana, y dejamos reposar
- En otra taza o vaso, ponemos la linaza con las tres cucharadas de agua
- Mientras tanto, en otro bol, ponemos la harina, la Fruta de Buda, la sal, levadura y bicarbonato, y mezclamos bien con una varilla
- Preparamos la sartén en el fuego con un pelín de aceite de coco
- Mientras de calienta, vertimos la leche sobre los ingredientes secos, mezclamos con una varilla con cuidado, y añadimos el extracto de vainilla y la mezcla de linaza (que ya estará un tanto gelatinosa). Mezclamos
- Echamos un par de cucharadas (por tortita) de la mezcla en la sartén, y ponemos los chips o láminas de chocolate inmediatamente sobre la tortita. Aplastamos un poco con la parte de atrás de la cuchara para que el chocolate se hunda un poco en la mezcla.
- Rápidamente ponemos otra cucharada de mezcla sobre la tortita, para tapar el chocolate.
- Cocinamos la tortita unos 20 segundos por cada lado, hasta que queden doradas.
- Retiramos de la sartén, ponemos un poco más de aceite de coco, y cocinamos las rodajas de plátano un poco por cada lado plano, hasta que se ablanden y estén doraditas.
- Retiramos de la sartén y con papel de cocina, retiramos el exceso de aceite o azúcar que haya quedado en la sartén (con cuidado de no quemarnos).
- Echamos las semillas de trigo sarraceno crudas, y simplemente vamos moviendo la sartén en círculos hasta que se tuesten (empezarán a dorarse y a emanar un olor característico). Retiramos del fuego.
- Servimos las tortitas con fruta fresca, el plátano y las semillas de trigo sarraceno tostado por encima.
- Opcionalmente, podemos añadir sirope de arce.
- Es muy importante que el chocolate esté bien hundido en la mezcla, pero que nunca llegue a tocar la sartén, ni por debajo, ni cuando les demos la vuelta a las tortitas. Creedme, el chocolate quemado no solo sabe fatal sino que es una pesadilla limpiarlo de la sartén. Por eso es importante no empujas el chocolate demasiado y asegurarnos de que está cubierto por encima antes de darles la vuelta.
- En nuestras recetas de tortitas las harinas no se pueden cambiar por otras. Diferentes harinas tienen una consistencia muy diferente por lo que si las intercambiamos podemos terminar con una receta... incomible.
- Es importante no quemar el plátano o las semillas de trigo sarraceno, se deben tostar con cuidado ya que pueden quemarse muy rápidamente.
Estas tortitas son aptas para celíacos ya que no contienen gluten ni trigo, y son absolutamente deliciosas. La fruta de Buda les proporciona un sabor dulce sin llegar a ser empalagosas, y también nos ayuda a mantener un índice glicémico bajo. También podríamos acompañar estas tortitas con nata de coco montada, arándanos y nibs de chocolate por ejemplo, o manteca de almendras. Son perfectas para cualquier momento y para después de entrenar o hacer deporte.
Tercera versión de tortitas de la web, ¡no os podréis quejar de variedad!
Paz, amor y pancakes x