No hay nada que me guste más que una versión vegana de un plato típico de mi país. Me encanta crear mis propias versiones veganas de cosas que comía antes, y aunque sé que siempre crea un poco de controversia, es algo que no puedo evitar.
La humilde tortilla de patatas es algo que no pude dejar atrás a pesar de mi cambio de alimentación, y después de investigar un poco, descubrí que la harina de garbanzo es un gran sustituto del huevo. La harina de garbanzo que yo utilizo es esta. También utilizo la de Bob’s Mill si no encuentro otra, pero es mucho más cara. Con un paquete de 1kg nos da para unas 9 tortillas de patata, y además no se pone mala, al contrario que los huevos. Soy muy fan de los ganbanzos. En todas sus versiones.
Esta es mi versión vegana de la tortilla de patatas de toda la vida; fácil, económica y muy sabrosa.


- 500 gr de patatas
- 120 gr de harina de garbanzos
- 320 ml de agua fría
- Media cebolla
- Sal
- Pimienta
- Aceite
- En una olla con agua hirviendo cocemos las patatas peladas (cortadas a la mitad si son muy grandes) durante unos 10-15 minutos
- Mientras se están cociendo, vamos troceando la cebolla
- En un bol grande, echamos la harina de garbanzo con el agua fría y con una varilla mezclamos bien, asegurándonos de que no queden grumos. Dejamos reposar.
- Cuando las patatas estén un poco más tiernas (no totalmente, basta con que se hayan ablandado un poco) las sacamos de la olla y las cortamos en láminas o dados pequeños
- Ponemos la patata en una sartén con aceite caliente y la freimos hasta que esté un poco más tierna (podemos probar a pincharla con un palillo que tendrá que atraversarla sin problema)
- Echamos la cebolla a la sartén también, y freimos hasta que la patata esté un poco dorada
- Sacamos la patata y cebolla de la sartén y las ponemos sobre un plato con papel de cocina para escurrir el exceso de aceite
- Echamos la patata y cebolla al bol donde habíamos puesto la harina con el agua, mezclamos bien y salpimentamos al gusto
- Echamos esta mezcla con cuidado a una sartén con un poco de aceite a fuego medio-alto, asegurándonos de que la mezcla está bien distribuida. Lo cubrimos con una tapa de cristal (si no tenéis una no pasa nada, simplemente tardará un poco más en cuajar)
- Cuando veamos que la tortilla ha empezado a cuajar por arriba, le damos la vuelta con ayuda de un plato y la cocinamos por el otro lado.
- Cuando veamos que ya está dorada por debajo (podéis mirar levantando la tortilla con una espátula cuidadosamente) la sacamos de la sartén, y servimos cuanto antes.
- La consistencia de la mezcla de harina de garbanzo y agua tiene que ser solo un poquito más espesa que la de unos huevos batidos.

Esta versión no puede ser más sana, ya que nos aporta proteína pero no colesterol, y además es baja en grasa (dependiendo de la cantidad de aceite que utilicéis, claro). Me encanta comerla con una ensalada de guarnición y a veces peco con un poco de alioli, lo confieso.
Espero que la probéis y que se convierta en una receta básica y recurrente en vuestra cocina, en la mía lo es al menos una vez a la semana. 🙂
Que buena pinta tiene, me encanta la tortilla de patatas, estoy intentando dejar los huevos y la leche, lo pondré en práctica, una cosa q aceite usas pa preparar tus comidas? Yo he dejado los aceites vegetales y uso el de coco, es un poco caro, pero muy sano, el de oliva virgen extra, solo para ensaladas, gracias guapísima ?
Hola guapa! Muchas gracias! Pues en general también utilizo el de coco, es el más saludable y hay versiones «sin olor» que se pueden usar con todo, están un poco más procesadas que el aceite de coco virgen pero no suelo freir mucho asi que para ocasiones puntuales está genial! Un besazo bonica! x
Que pinta! Soy adicta a la tortilla vegana precocinada, a ver si me pongo y la hago yo en casita. Intentaré colársela a mi omnívoro, a ver si cuela. Besitos!
Tienes que intentarla Eva! No puede ser más rica y además alta en proteína 🙂 Espero que la pruebes! <3