Después de dos de las semanas más intensas de vida, por fin estoy en Barcelona, asentada en mi casa (temporal) y por fin trabajando. La única diferencia entre esto y Londres, es que aquí tengo luz, menos frío y la posibilidad de comprar pan decente a la vuelta de la esquina.
El contraste de culturas es obvio, pero cuando salgo a la calle e interactuo con las personas, me doy cuenta de que me miran como si hubiera estado en coma 10 años. Y es que, aún cuento las monedas como si fuera una abuela de 80 años cuando cambiamos de pesetas a euros, y aún hago preguntas en las tiendas que probablemente a los demás les parezcan ridículas. Aún me desorienta un poco el orden de las cosas en los supermercados, nunca sé si algo es barato o no (siempre le mando un WhatsApp a mi amiga para que me confirme que no me están timando) y aún sigo acordándome de mis ancestros cada vez que me olvido de que te cobran unos 2€ cada vez que sacas dinero en un cajero que no es de tu propio banco (en Londres está prohibido, puedes sacar en cualquier entidad gratis) pero es demasiado tarde porque necesito metálico para la tienda de la esquina (en Londres pagaba hasta 50 céntimos con tarjeta).
Me sorprendo por las cosas más «normales» (o que la gente de aquí considera normales) como que haya tantas panaderías, peluquerías y fruterías, y que los mercados tengan cebollas dulces o perejil suelto. O que los cafés no cuesten medio sueldo, y que se pueda uno sentar en una terraza a tomarlo. Y me encanta, porque en cierto modo es como volver a descubrir una forma de vida, y el contraste es lo que está haciendo este proceso tan especial.
Sé que mucha gente cree que algunos de nosotros nos creemos «modernos» por incluir vocabulario inglés en nuestras conversaciones en castellano, pero os aseguro que en mi caso muchas veces me resulta casi imposible encontrar las palabras que necesito en castellano, y aún sueno un poco «rara» cuando hablo en este idioma, no porque meta palabras en inglés, sino más bien porque mis construcciones semánticas y mis palabras muchas veces resultan ser traducciones directas del inglés. Tened en cuenta que 10 años viviendo en Londres, trabajando en empresas en inglés y hablando inglés con mi pareja, son muchos. Y como amante del buen hablar, os aseguro que me encantaría hablar castellano perfectamente y no como una persona con algún tipo de tara neurológica o que ha fumado «cigarrillos de la alegría».
Antes de irme a Londres vivía en Barcelona, pero hace tanto tiempo ya que ni siquiera siento que «he vuelto a casa», sino que más bien me he mudado a un país totalmente nuevo y desconocido. Las cosas han cambiado muchísimo; veo todo muy avanzado, nuevas tiendas y bares muy modernizados, muchos restaurantes veganos y vegetarianos, nuevos mercados, cosas que han cambiado de sitio… aunque veo que la FNAC aún sigue ahí, y la semana pasada fue al primer sitio al que fui cuando quedé con una amiga. Me decía, «pareces una niña en una tienda de juguetes», y es que no era para menos. En realidad no se trata de lo que venden (que menundo cambio) sino más bien de recordar como hace 10 años para mí era uno de esos lugares tranquilos a los que vas a escuchar CDs antes de comprarlos, y donde la gente se sienta en sillas a leer comics y partes de libros. Allí me pasaba yo las horas muertas, como buena friki de la literatura que soy, leyendo, investigando y comprando más de la cuenta.
En realidad ya solo con el hecho de poder ver la luz y el sol cada día, y no pasar demasiado frío, ya estoy contenta. Está más que demostrado que la falta de luz puede llegar a afectar a nuestro estado de ánimo y de salud, y por eso también he tenido que suplementarme cada invierno en Londres con vitamina D3, ya que era imposible ver el sol ni 15 minutos al día. Estas son las cosas que siempre aprecio en voz alta, y la gente que conozco en Barcelona ser ríe y me mira como si estuviera hablando con una persona de otro planeta. Esta gente no sabe lo que es que se haga de noche a las tres de la tarde…
Lo que vengo a decir con todo esto, además de aseguraros de que estoy bien y que poco a poco me voy asentando (gracias por todos los mensajes de ánimo), es que a veces subestimamos el efecto que los cambios y las costumbres tienen en nosotros. Todos somos esclavos de nuestra mente y «víctimas» de nuestros hábitos. Es muy difícil salir de nuestra zona de comfort y tirarse al vacío sin siquiera saber dónde vas a caer, incluso para aquellos que se adaptan a nuevas situaciones con rapidez, como es mi caso.
Creo que a muchas veces somos bastante impacientes y esperamos superar, acostumbrarnos o aprender las cosas con prisa, algo que normalmente tiene el efecto contrario. Me gusta recordarme a mí misma que no tenemos que demostrarle nada a nadie y que tomarnos nuestro propio tiempo para adaptarnos a una nueva situación no solo es lícito sino también necesario. Todo esto me ha recordado a cuando mi madre falleció a principios de año y todo el mundo (con la mejor de sus intenciones) intentaba alegrarme o hacerme reir. Creo que ver a gente que quieres sufriendo es tan duro como incómodo, y por eso la gente quiere ayudarte a que superes las cosas cuanto antes, o que te acostumbres a ellas. Pero solo tú eres capaz de entender el tiempo que necesitas para todo. NO HAY PRISA. Tómate tu tiempo, y cuando sea, volverás a ver la luz y a brillar como antes.
Yo por fin siento que después de un año vertiginoso, en el que comencé con un shock tremendo y pasé por cambios de trabajo, boda, mudanza de país y la organización que éstos requieren, veo «la luz» y por fin puedo pararme a disfrutar del paisaje. A veces nos distraemos tanto con todo lo que tenemos que hacer que es difícil parar, respirar y oler las rosas, pero estas experiencias me han recordado lo importante que es hacerlo para no volverse loco.
Asi que, café (descafeinado) con leche (de almendras) y recordad que por muy tempestoso que parezca el camino a lo que queréis, siempre SIEMPRE hay calma después de la tormenta. Os lo prometo.
Abrazos barceloneses xx
Ally
Ciertamente, a veces, y aunque los demás intenten que no lo hagas, hay que pararse, ver lo que tienes alrededor, respirar hondo y dejar la mente en blanco, como esos días de invierno que te sientas al sol detrás de la ventana solo por el placer de sentir el calorcito en la cara, aunque, habitualmente, no te guste el sol.
Besotes!!!
<3 me ha encantado leerte!
Que alegria tenerte por aquí cerca!!! Siempre es bueno tomarte el tiempo que necesites. Como siempre gracias. Bienvenida
Qué bueno leerte siempre, y desde tan cerca jeje
Estoy muy de acuerdo contigo. Todo hay que pasarlo y los procesos son distintos para cada uno. Me da la sensación de que vivimos en un momento en el que parece que sólo podemos sonreír y ser felices, donde el estar triste o de mal humor no es bueno y tenemos que cambiar rápidamente… Yo opino que hay un momento para cada cosa y los malos momentos sirven para apreciar los buenos.
Me alegro de que poco a poco vayas «aterrizando» 😉
Bienvenida!!!
Un besito!!!
Como barcelonesa que soy, me alegro de que estés a gusto en mi ciudad. Me identifico un poco contigo porque yo también estoy en un periodo de cambios, mi madre falleció en agosto y hace algunos años que salí forzosamente de una zona de confort pero en mi caso debido a la maldita crisis laboral. Intento afrontar estos reveses con la esperanza de que pronto vuelva a disfrutar de una zona de confort.
Muchos besitos y felices fiestas.
Acabo de leer esta entrada, te sigo por Ig hace tiempo, pero nunca en tu blog. Yo también he vuelto ahora de UK y me he sentido tan, tan , tan reflejada con lo que contabas… :-)….Aquí ING acaba de sacar una aplicación para que te den cash al comprar en la tienda….really? jajajaj….No se necesita ninguna aplicación….en fin…
Me ha gustado muchísimo la entrada sobre productos de belleza y limpieza y me encantaría que siguieras hablando de ello! Encantada de conocerte! Un beso!
Muchas gracias y bienvenida hermosa!
Hay posts que no había leído y poco a poco los estoy leyendo. Me ha gustado mucho leer éste. Creo que muchos de nosotros vivimos o hemos vivido años en coma, vivimos de manera inconsciente y sin saberlo. Mi propósito es despertar y sentir la vida de manera consciente aquí y en el ahora. Empecé ese camino, y estoy dándome tiempo. Gracias por tus textos e iniciativas hermosa! (Mi yayo siempre me decía hermosa mía <3)