Londres es una ciudad que me ha quitado mucho - la linea central probablemente me haya quitado años de vida - pero también me ha dado más de lo que nunca imaginé. En estos casi 10 años es como si hubiera pasado por el típico cambio de look, cortina de humo incluida, que seguramente dejaría con la boca abierta hasta aquellos que siempre dicen que "ya lo han visto todo". No hablo tan siquiera del aspecto físico - que también, aunque la evolución de mi estilo se merece una entrada aparte, por respeto a aquellas botas rosas de Mustang de principios de 2004 -[...]